miércoles, 28 de julio de 2010

El Rayo Luminoso

Tomado de “Árbol de la Vida – Una introducción a la Cábala” de Z’ev ben Simón Halevi
Me permito copiar este fragmento que describe tan claramente la creación de un libro.  Y así es el Árbol de la Vida, no solo en la creación de un libro, sino en nuestra propia creación, así somos creados, así creamos… te invito a que explores esta visión de vida.
 “Un ejemplo del paso del Rayo Luminoso a través del Árbol de la Vida puede verse en el proceso de escribir un libro.  Keter es la Corona, el principio creativo. La idea se concibe en Jojmá. Como visión puede ser muy poderosa, la semilla de una gran novela, pero en Jojmá no es más que una vaga idea, potente pero sin forma, que después de un largo periodo comenzará a formularse en Biná. ¿Quizá quedaría mejor como obra de teatro? ¿O tal vez como guión cinematográfico? ¿O como un cuento corto y preciso?  El tiempo y el principio de la Sefirá receptiva superior de Biná le darán forma, digamos que de un libro de extensión media, centrado sobre una situación particular en la cual habrían de participar determinados personajes.  En este punto puede permanecer durante muchos años en la mente del escritor, y a lo mejor no se escriba nunca.  Pero un día puede consolidarse en una entidad definida con un gran diseño.  Esto es Daat, el Conocimiento.  A partir de este momento se inicia un proceso nuevo que algunos escritores llaman “cocinar”. Esta incubación es seguida de la acción de gestación jesédica caracterizada por el gran crecimiento y la gran expansión. Las situaciones se van acumulando, fragmentos de conversaciones se entrometen en la conciencia del escritor, los personajes se desarrollan por si mismos y la historia llega a colmar el vaso y desbordarlo. Es aquí en Jesed, donde el escritor debe tener cuidado o perderá por disipación mental todas las ideas que habitan en su interior.  Digamos que comienza por escribir un boceto, anotando las fuerzas creativas en él. Sin embargo, debe juzgar y rectificar repetidamente (función de Gueburá) lo que Jesed le otorga pues con frecuencia suele ser más de lo necesario, por lo que se hace imperativa una edición constante del material. El libro adquiere gradualmente forma. La esencia, o Tiferet, comienza a verse. Tal vez sea una obra maestra, el destilado de experiencias recogidas en toda una vida, quizá es tan solo un libro de texto de tema económico, pero de cualquier manera tendrá su sello peculiar, su característica distintiva.  Así es como se puede distinguir un Tolstoi de un Hemingway.  En Tiferet se centra la síntesis de forma y energía, y ésta es la razón de que esta Sefirá se conozca como Belleza.  Hasta aquí, a pesar de todo, en este punto el libro es apenas un esbozo, que existe mas que nada en la cabeza del escritor.  Pero si no lo escribe en su totalidad, no pasará de ser otra de las grandes obras maestras que jamás se escribieron.  Netzaj o Eternidad será quien se ocupe de esta tarea. Las fuerzas vitales del cuerpo, controladas por Jod, y los procesos voluntarios, hacen que se deslice sobre el papel.  Netzaj conoce su trabajo instintivamente, mientras que Jod, gracias a su entrenamiento mental y sus reflejos físicos, estructura el conocimiento y el lenguaje en oraciones coherentes.
Yesod o el Fundamento amalgama todo lo que ha sucedido, organiza la operación en un estilo personal y lo refleja en el escrito, reteniendo así una imagen en la memoria que sirva como referencia. Maljut, es el cuerpo y el libro en sí, la manifestación física en el Mundo.  El Cielo ha tocado la Tierra.”

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