Si el propósito de nuestra vida es
ascender el Árbol de la Vida de un mundo a otro, ¿cómo lo hacemos? En forma de espiral continua en donde un Árbol
de la Vida inicia y termina en uno de los cuatro mundos de evolución:
Atziluth, el mundo de la Emanación,
en donde nada es creado aún, representa nuestro mundo espiritual. Nuestro ser espiritual.
Briah, el mundo de la Creación,
representa nuestro mundo mental. Sensación
de separación de la Fuente. Nuestra individuación.
Yetzirá, el mundo de la Formación,
representa nuestro mundo emocional.
Nuestra personalidad
Assiá, el mundo de la Acción.
Nuestro mundo físico.
Por encima
del Árbol de la Vida podemos ver una corona de luz, muy parecida al aura que
vemos en los cuadros de santos y el aura que algunos observan alrededor de las
personas. Esta corona tiene la
inscripción “Ein Sof HaOr”, la Luz no Tiene Final. (Ver Figuras 1 y 2) Decimos entonces que el
camino de ascensión es uno de iluminación continua. Cada paso que damos nos acerca un poco más a
nuestro Padre/Madre. Y así es.
Cada uno de
esos mundos tiene características específicas y está gobernado por una letra
del Tetragrama Sagrado YHVH, así como por los cuatro elementos.
Nuestro trabajo es unir estos cuatro mundos. Caminar el Espíritu con pies prácticos.
Elisabeth Tepper Kofod
Charla Gratuita: Miércoles 06 de mayo, 2015.
EL Arbol de la Vida - Consciencia de Completitud
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Inscripciones hasta el martes 05 de mayo.
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